No hay viaje en coche que mas me guste que aquel que implica ir por Asturias. Me quedo embobada viendo las casas de indianos, la costa, los prados… {suspiros…} afortunados los que tienen ese paisaje todos los días.
La última vez paramos el coche un par de veces a la vuelta, atardecía el día gris en Otur y Villa Rosita tenía un aspecto de cine capaz de enamorar al mismísimo Tim Burton, o no?.
He encontrado su historia en el blog de Casonas de Indianos, si tenéis un ratito leerla y dejar que vuestra imaginación la cierre con un final muy halloween!
Ángel García Fernández nació en 1.877 en la parroquia de San Bartolomé de Otur, siendo el menor de los seis hijos nacidos del matrimonio de los modestos labradores Ángel García y María Fernández. El padre, en busca de mejores horizontes, había muerto en Cuba por unas fiebres que no alcanzaron a diagnosticar. Su madre quedó sola al frente de una casa con muchos niños, y Ángel, en 1.891 siguiendo los pasos de su hermano Ramón, con solo trece años llegó a Rosario con ganas de hacerlo todo. Para subsistir se empleó en la tienda del andaluz Antonio Gómez: «La Buenos Aires», allí, y con permiso de su patrón, dormía sobre el mostrador. En 1.897 adquirieron en traspaso la modesta puntillería “La Favorita”, pero en apenas cinco años se había convertido en un gran almacén. La sociedad “García Hnos. y Cía.” en 1.912 construyó un primer edificio expresamente concebido para las necesidades del negocio y en 1.929 sobre el mismo solar el definitivo que hoy continua. La Favorita por la novedad del negocio, por la imagen y monumentalidad de sus edificios fue todo un hito comercial en Argentina.
No olvidándose de su origen humilde fue un hombre muy generoso tanto en Rosario como en su Otur natal donde donó la escuela, la iglesia y el hospital, además construyó el camino directo hasta la costa.
Dada su gran labor le fueron concedidas las siguientes condecoraciones: Alfonso XIII le otorga la Real Orden de Isabel La Católica, Hermano Mayor de la Archicofradía de Santiago Apóstol y la medalla al Mérito en el trabajo.
No se puede olvidar a quien le acompañó en su activísima vida, a «Doña Rosa», su esposa que fue la única persona que le podía hacer sombra en cuanto a ayudar se refiere. Cuando ella murió en 1957, ya no fue nunca el mismo. Murió en junio de 1.960.
Curiosidad, hace no mucho tiempo estaba en venta y aun queda algún anuncio que nos deja entrar para cotillear Villa Rosita por dentro 🙂
BSO: Marlango – Shake The Moon
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❤
oliviadigame@hotmail.com
Quien pudiera, es perfecta para Halloween!
Qué pasada de casa, cómo nos gustaría entrar a verla.
bss
http://historiasdemarte.blogspot.com
preciosa!!! aunque confieso que de noche, pasaría algo de miedo dentro.. 😛
tienes razón, tenemos mucha suerte los que vivimos por aquí! 🙂
muaa
Preciosas fotografías, se me plantean tan fabulosas las casonas de indianos, tan impropias de su lugar.
Genial poder ver sus estancias.
Si realmente quieres disfrutar de los viajes por carretera, qué mejor que hacerlo en moto. El coche es una buena alternativa si vas con niños, pero si solamente vas con tu pareja, con un par de cascos y buen mantenimiento de vuestra moto antes de partir, la experiencia de viajar será mucho más reconfortante.