Un nombre nuevo para Olivia

The Singular Olivia

por Marina Goñi

A Paula la conozco antes que a Olivia, y a Olivia, la conozco incluso antes de llamarse Olivia. Y es que, Olivia siempre ha estado dentro de Paula; en su forma de entender los productos, en dar un poco más aunque ya sientas que lo has dado todo, en cuidar los detalles hasta el extremo, en liarse la manta a la cabeza cuando ya no quedan ni mantas, en su inmensa capacidad de trabajo, en sus noches en vela y en su forma de afrontar todos los contratiempos desde el humor; que ella estará enfadada, pero lo cuenta con tanta gracia que el resto solo podemos reírnos.

Todo eso es Olivia, así que, cuando me llamó y me dijo: “Marini (solo me llaman así 4 personas), ¡te necesito para cambiar Olivia!”, pensé: “¡No, no, no! ¡¡No toques nada!!”

Y es que, si ya es difícil rediseñar una marca, lo es mucho más si esta ya funciona bien.

Una vez pasado el miedo inicial, y tratando de no mirar con los ojos de la amiga-fan, salieron a la superficie todos los bloqueos que tenía la marca. Yo siempre digo que una marca “o te impulsa o te frena”. Y es verdad que eran muchas las direcciones en las que la antigua marca no dejaba avanzar. El proyecto ha cambiado, ha evolucionado, y pide espacio para una y mil ideas. Y la verdad, en la antigua marca, ya no cabía nada mas.

Queríamos un nombre nuevo que recogiera todo lo que ya estaba, pero que contara más, que mantuviera el Olivia y lo resaltara sin ser ñoñas ni cursis. Que fuera internacional pero se entendiera aquí. Que fuera sencillo, pero no simple. Fácil de leer y de escribir, pero sin la sensación de que hay miles de nombres iguales. Un nombre especial que te sorprenda, pero que rápidamente te resulte familiar. Y, por supuesto, tenía que ser registrable, tener dominios libres y todos los requerimientos técnicos y legales que se cargan el 80% de la lista en un momentín.

The Singular Olivia, estaba desde la primera ronda. Nos gustó, nos gustó mucho de hecho. Exploramos más vías, muchas más. Algunas divertidas, otras exóticas. Probamos con francés y danés (todo suena bien en nórdico), y añadimos apellidos imposibles a Olivia que nos dejaron audios de pronunciación maravillosos y que algún día rescataremos.

Pero todo nos llevaba una y otra vez a The Singular Olivia; cumplía todo lo que estábamos buscando. Singular es una palabra que encierra muchas otras, y todas ellas estaban en nuestra lista (diferente, especial, único en su especie, raro, extraordinario, personal y con personalidad). El hecho de que no sea una palabra muy trillada y que fuera igual en inglés cerraba el círculo.Teníamos naming, y ahora necesitábamos un logotipo a la altura, que reforzara el nombre. Mail “p’aquí”, skype “p’allá”, cerramos a qué tenía que oler el nuevo logo; A una Olivia más adulta, más moda, más París, pero con una pizca de Mary Poppins y Wes Anderson. El espacio de marca lo definimos como una fusión imaginaria entre Tiffany’s y Tim Burton. ¡Casi nada!

Y tras pruebas de tipografías y composiciones, un “Pauli, ¡creo que lo tenemos!” y un “Sí, si que lo tenemos sí”.Estamos desarrollando las aplicaciones de marca, que completaran el universo de The Singular Olivia, que muy pronto iréis viendo. Colores, tramas, ilustraciones… pero no me aguanto y os tengo que enseñar el papel que envolverá muy pronto todos vuestros pedidos. Las ilustraciones son de Jaime Hayde.

Ayer ya os conté como conocí a Marina. Pero si acabas de llegar…

Marina Goñi un estudio situado en Getxo (Bizkaia) que se dedica principalmente a la creación y gestión de marcas. Una consultora de marca que trabaja para proyectos únicos, ambiciosos y llenos de ese «algo», que no se puede explicar. Su trabajo consiste en encontrar eso que hace única cada empresa y potenciarlo para que sea visible y reconocible.

Si tienes o quieres tener una marca, tienes que conocer a Marina.