Ser la amiga psicóloga

Psicología basada en hechos reales.

Por Ana Merillas

Chavela Vargas y Frida Khalo

Una amistad implica complicidad y confianza. Podríamos decir que es una relación de pareja sin el factor deseo de por medio, porque se caracteriza por tener intimidad: contamos a nuestras amigas aquellas cosas que no contamos a otros.
Que confíen en nosotras da mucho gustito, no solo da cierta sensación de reconocimiento, también afianza nuestras relaciones y nos anima a compartir a su vez. Compartir es expresar cómo nos sentimos, sea agradable o desagradable y genera cierta sensación de conexión y liberación. “Lo compartido y expresado, deja un cuerpo descargado” (sacado de Refranero psicológico y otras cosas que me invento). De ahí que tener relaciones saludables en las que reina la confianza sea fuente de bienestar.
Ahora bien, ¿cómo construir y potenciar esa confianza? ¿Cómo creo haberme convertido en la amiga psicóloga, aquella a la que le cuentas todo y valoras por su sabiduría?
Antes de continuar, he de poner las cartas sobre la mesa y decir que siempre he jugado con cierta ventaja, porque… soy terapeuta.

Peeero he seleccionado dos momentos que he vivido recientemente fuera de la consulta, que creo que son frecuentes y que pueden servir para ilustrar fácilmente cómo creo ayudar a mis amigas y que se sientan libres de compartir conmigo.

Momento 1.

María ha vuelto a ponerse en contacto con “yasabemosquien”, esa persona que va y viene, dejando más destrozo y más confusión con cada vuelta que amor, cariño o empatía.
El primer impulso va desde la frialdad de quién está aburrida de escuchar la misma historia una y otra vez hasta los insultos o el “María, despierta por favor, pareces idiota”. Todos ellos muy humanos, sin embargo, poco eficaces a largo plazo porque lo que generalmente hacen es que María empiece a contarme menos cosas de esta historia por vergüenza (es probable que ella ya sepa que es idiota pero dejar ir a veces es muy complicado), así cuando esté un poquito más dispuesta a cambiar cosas en su relación con “yasabemosquien”, no le apetecerá hablar conmigo y exponerse a un “te lo llevo diciendo desde siempre”.


¿Cuál fue mi Intervención psicoamiga o psychofriendly que dirían los influencers?
NO JUZGAR. Es de manual, pero es complicado para todas las personas, raro es que nos eduquen libres de juicios, pero es la clave. Si valoro la experiencia de María como buena, mala, de idiota o de persona con baja autoestima voy a añadir leña al fuego que ella ya lleva dentro, porque las relaciones con los yasabemosquien generan emociones contradictorias difíciles de digerir. Si escucho y presto atención a cómo se siente tendré más opciones de conectar con ella y mostrarle que cada vez que está en esta situación se siente: ansiosa, preocupada, decepcionada… en vez de mostrarle cómo me cabrea a mí que vuelva hablar con “yasabemosquien”. Un “¿recuerdas cómo te sentiste la última vez que pasó esto?” es más útil que “No lo vuelvas a hacer”.

A veces ayuda inspirar hondo y contar hasta diez. De verdad, no es broma, “yasabemosquien” puede ser la historia del eterno retorno, un par de estrategias de control de la ira pueden venir muy bien.

Momento 2.

Laura tenía un conflicto pendiente, tenía que hablar con su jefe sobre una subida de sueldo o decirle a un cliente que ya está bien, que hasta aquí, porque se había excedido en sus demandas y estaba trabajando más horas de las que le correspondían.
“Lo que tienes que hacer es…” Un clásico. ¿Quién no se ha visto en una parecida y le han empezado a arreglar la vida bajo el “lo que tienes que hacer es…” y de experiencias como esa lo aprendemos nosotras y ponemos en práctica con los demás.
“Lo que tienes que hacer es”… además de sonar a viejuno, es poco práctico porque aunque parece muy orientado a la acción y solución de problemas es Laura quien ha de actuar y por ello, quien ha de crear su propio camino, así que si le sugiero lo que tiene que hacer estoy creándolo yo por ella y todo aprendizaje en la vida es como el de la bicicleta: si oyes a otro hablar de ello crees que sabes pero no, si lo haces lo aprendes.


Intervención psicoamiga:
DISIPAR EL MIEDO. Por lo general, cuando retrasamos un conflicto es porque nos da miedo el resultado, pero no tenemos ni idea de cuál va a ser ese resultado, solo tenemos una fantasía de cómo puede ser y si tenemos miedo, esa fantasía va a tener más de Stephen King que de optimismo inteligente, así que para ayudar a hacer consciente ese miedo y acercar las posibles consecuencias de un conflicto a un plano más probable suelo preguntar: ¿QUÉ ES LO PEOR QUE PUEDE PASAR SI LO HACES?
Es aquí cuando Laura echó por tierra toda mi estrategia de psicóloga guay y me respondió muy seria: que mi jefe me eche y me quede sin trabajo.

“Bien por mí, qué bien lo he hecho, soy una grande España, un poquito más y la hundo directamente”, pensé.

Me avispé rápido y validé su preocupación sin echarla por tierra con un: “qué va, eso no van a hacerlo, no exageres”, le dije algo como: Vaya, sí que estás preocupada con esto y le pregunté: Laura, y si fuera así, ¿qué es lo peor que podría pasar entonces?.
Parece un bucle pero resulta efectivo, porque al final, nada es tan horrible como imaginamos y darnos cuenta de esto nos hace más fuertes para afrontar lo que queremos afrontar, lo haremos con algo de miedo pero lo haremos.


Es probable que conozcas a María y te haya sacado de quicio alguna vez o que conozcas a Laura y te hayan dado ganas de darle un buen empujón hacia delante, también es posible que alguna vez hayas sido María o Laura. En cualquiera de estos escenarios, cuéntame, ¿echaste algo de menos, ya sea una actitud diferente por parte de tus amigas o paciencia por tu parte?.

 

  • Vir
    24 mayo 2017

    Yo, ahora mismo, soy un poco María, cada una con su situación y sus particularidades. Y es cierto, ya no le cuento a mi amiga nada, pq no quiero que me juzgue. Lo negativo lo veo, pero ella no ve lo positivo, que no sé en María, en mi caso lo hay (es algo raro). Yo he decidido contárselo a mi psicóloga y filtrarle mucho a mi amiga, así ella tampoco se preocupa. Seguro que no es la mejor opción, pero es la que he encontrado. Buen día!!!

    1. Ana Merillas
      25 mayo 2017

      ¡Muchas gracias por tu comentario Vir!

      Mejor o peor opción… no sé, lo que parece claro es que has encontrado una que funciona 🙂

      ¡Feliz día y hasta la próxima!

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